lunes, 20 de diciembre de 2010

EL CANTO INFORMAL...


Esta noche me encuentro frente a mi computadora, estoy viendo fotos que tomé durante el concierto que el cantautor mexicano Fernando Delgadillo dio en La Ermita de la Santa Cruz, en Antigua Guatemala. Estas imágenes traen un alud de recuerdos a mi, aun veo los colores de los reflectores sobre el escenario como si estuviera metido yo en la fotografía, recuerdo los sonidos, las palabras, la ansiedad de la espera, todo.

Se apagan las luces y se enciende el reflector que apunta hacia un sillón que ha sido colocado al centro del escenario, se abre la puerta de la iglesia de decorado barroco que se sitúa justo atrás del sillón mencionado, y aparece Delgadillo, con su normal paso pausado pero seguro; se acomoda en el mueble situado bajo el reflector y saluda a su público “inteligente y conocedor”, como él suele llamar a sus fieles seguidores.

Al concierto asistí acompañado de un buen amigo, con quien compramos nuestras entradas (un tanto caras) para llegar lo más cerca posible de Fernando, en la mesa donde nos situaron había una pareja de novios y un tercer individuo que llegó en soledad al evento, de inmediato entablamos una amena conversación, y formamos una alegre mesa donde se disfruta de la música del cantautor y de una buena amistad recién forjada.

A cada canción le hacemos nosotros cinco su respectivo coro, bueno, en realidad toda la audiencia corea las canciones, y así, esa amistad se fue sellando poco a poco, y ahora me pongo a pensar en lo mágico que resultan ser esos conciertos, cuantas amistades e incluso amores se siembran en esos eventos musicales, es lo interesante de todo ese asunto musical.

Delgadillo nos deleita con sus clásicos temas de amor como: No Me Pidas Ser Tu Amigo, Hoy Ten Miedo de Mi, Entre Pairos y Derivas, Mis Hojas de Noviembre y otras mas, canciones que traen a mi, recuerdos de viejos amores que así tan fácil como vinieron, se fueron. También hace un recorrido por sus canciones de contenido social, como por ejemplo: De La Canción de Protesta, o bien sus temas humorísticos como: En Tu Cumpleaños, El Retocador de Calles, Llamadas Anónimas y otras más. Lo que más me gusta de los conciertos de Fernando Delgadillo es la interacción que mantiene con su público, como trata de conversar con nosotros, hace que uno se vuelva parte importante en el desarrollo del mismo, la situación deja de ser unilateral, del artista hacia las personas solamente, sino que se vuelve bilateral, del artista hacia su público y este da una retroalimentación a aquel que está parado en el escenario brindado un espectáculo de calidad.

En fin, se desarrolla el concierto con toda normalidad, todos hemos cantado a todo pulmón, hemos hecho nuevos amigos, incluso nos encontramos un tanto ebrios por la cerveza y el whiskey que hemos bebido mientras coreábamos a Delgadillo, es el final de una velada muy gratificante, todos abandonamos el lugar con un muy buen sabor de boca, ahora tenemos una serie de buenos recuerdos para compartir con todos aquellos que por alguna razón no pudieron asistir.

Ahora, frente a estas imágenes en mi computadora, reflexiono al respecto, y me doy cuenta de lo importante que se ha vuelto en mi vida la música, como ha sido esta expresión artística un medio por el cual logro expresar mi inconformidad o mi aceptación hacia lo que me ocurre en mi diario ir y venir por este mundo. Por fortuna no solo a mi me sucede esto, por suerte somos muchos los que encontramos en la música esa válvula de escape que evita que explotemos y que ayuda a canalizar toda esa energía de manera positiva. ¡Por fortuna!...

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